
Fidget Spinner, el nuevo juguete de moda (y cómo aprovecharlo para educar)
Es una moda, como lo han sido tantos otros juguetes a lo largo de los años, y tiene algo en común con las peonzas: ésta fuerza giratoria que nos cautiva, que nos fascina.
Es una moda, como lo han sido tantos otros juguetes a lo largo de los años, y tiene algo en común con las peonzas: ésta fuerza giratoria que nos cautiva, que nos fascina.
La anécdota me la explica un amigo, pareja de la madre de un niño muy vivaracho de ocho años, que es el protagonista. La comparto, con su permiso, porque hace reflexionar sobre lo que necesitan y lo que ofrecemos a las criaturas.
Hoy, día mundial de concienciación hacia el ruido, es un buen día para plantearnos educar sin gritar. Cuando gritamos a un niño para que haga, de una vez, lo que toca, tras decírselo quince veces, esto produce dos efectos:
El libro ‘Educar sense cridar. Acompanyant els fills d’entre quatre i dotze anys en el camí cap a l’autonomia’ publicado por la editorial Angle llega a la séptima edición. ¡Todo un éxito!
Tienen 20, 30, 40, 50, 60 años. Son, casi siempre, mujeres. Tienen un trabajo no cualificado. Trabajan tres horas al día y llegan a casa como si hubieran trabajadas siete u ocho. Son las monitoras de comedor.
Tienen 20, 30, 40, 50, 60 años. Son, casi siempre, mujeres. Tienen un trabajo no cualificado. Trabajan tres horas al día y llegan a casa como si hubieran trabajadas siete u ocho. Se ocupan de que nuestros hijos coman y pasen el rato entre franja y franja del horario lectivo. Esto, que parece tan sencillo como poner un plato en la mesa y mandar a los niños a jugar es, en realidad, una de las tareas más agotadoras y desagradecidas de todas las que tienen relación con el trato con los niños. Porque darles la comida y ocuparse del tiempo